A un año de su prometedor estreno, los Ultrabook no son lo que prometían. Ni baratos, ni ligeros, ni rápidos. La unión de los principales fabricantes de ordenadores, de chips y del primer fabricante de software de nada han valido ante la decisión del consumidor. La invención de los portátiles Ultrabook, de momento ha fracasado. Ha dejado a la mitad sus previsiones de ventas para todo el año 2012, ya en su tercio final. Y habituados a los recortes, este sí que es un recorte: de los 22 millones de unidades a los 10,3, menos de la mitad. Y las previsiones para 2013 son parecidas: 44 millones en lugar de los 61 millones de las anteriores prospectivas.

 Varias firmas como por ejemplo: Acer, Lenovo, Dell, Asus, HP, entre otros han sacado modelos Ultrabook, marca registrada por Intel que obliga a cumplir el requisito de incorporar chips de Intel y, normalmente, software de Windows. El nombre ya no es atractivo, puesto que el Macbook Air, que lleva chips de Intel, no lo utiliza y es la marca más vendida en este segmento (el 39% del mercado). Pero aun con una rebaja de precios tan sustancial, tendrían que competir con la rebaja de las tabletas , en donde Amazon o Google han puesto a la venta tabletas por unos 200 euros. Si las previsiones para los Ultrabook son a la baja, las de tabletas y smartphones son al alza.

Una de las soluciones para los Ultrabook es el aprovechamiento de la llegada del sistema operativo Windows 8, nacido por y para los aparatos móviles. Microsoft e Intel, junto a los clásicos fabricantes de ordenadores, se juegan mucho para, primero, revitalizar el ordenador portátil, y, segundo, para tener algún peso en el mundo móvil, en donde están machacados por Apple, Samsung y Google.

 

Busquedas:

ultrabook